Aspirantado Salesiano: “Los chicos saben a dónde llegan y hacia dónde se proyecta su vida”

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¿Cuál es el proyecto de Dios para mi vida? Para avanzar en el proceso de discernimiento y respuesta a esta pregunta, dos jóvenes han iniciado, el domingo 7 de agosto, la experiencia vocacional del Aspirantado Salesiano.

Se trata de Nicolás Arredondo y Martín Paredes, exalumnos del Colegio Salesiano de Concepción, quienes se suman al proceso iniciado por Camilo Peña en marzo de este año, proveniente de la Obra Salesiana de Valparaíso.

El Aspirantado es una experiencia formativa que la Congregación en Chile ofrece a jóvenes mayores de 18 años que manifiestan inquietudes por la vida religiosa salesiana. En su actual modalidad se inicia en el año 2011, en Lo Cañas, junto a la comunidad del Prenoviciado, y desde este año 2016 tiene una nueva sede: la Comunidad salesiana de La Cisterna.

“Hoy los aspirantes tienen la experiencia de vivir en una comunidad apostólica que anima dos colegios, dos parroquias y una casa juvenil… Creo que esto hace más intensa la experiencia de discernimiento, porque lo realizan desde aquello que podría ser su futuro”, comenta el P. Juan Miguel Cárcamo, responsable del Aspirantado.

El P. Juan Miguel subraya que la presencia de los aspirantes en la comunidad tiene un impacto altamente positivo: “No es solamente que la comunidad les ayude en su discernimiento, sino que también ellos le hacen mucho bien a la comunidad religiosa. Además, su presencia en la pastoral juvenil de la Obra genera preguntas sobre la propia vocación en otros jóvenes, que ven a muchachos sólo dos años mayores haciendo esta experiencia”.

El Aspirantado propone un itinerario serio de crecimiento en la vivencia cristiana y un camino de maduración humana, con un acompañamiento espiritual sistemático que promueva un discernimiento profundo sobre la llamada de Dios, para así llegar a la opción por la vida salesiana consagrada, si ésta fuese la propia vocación.

Es un camino que impulsa a asumir con libertad y valentía una opción radical de vida al servicio de los demás, al estilo de Don Bosco. “Como experiencia de discernimiento –precisa el P. Juan Miguel– el Aspirantado no busca hacer proselitismo para la vida religiosa salesiana. Si un chico descubre que Dios lo llama a un proyecto de vida laical y se  compromete con eso, genial, pues ha encontrado su camino”.

Si miramos las estadísticas podemos constatar que de los 25 jóvenes que han pasado por el Aspirantado en estos últimos seis años, tres están realizando el Noviciado en Alta Gracia, y ocho ya son religiosos salesianos y continúan su camino formativo en el Posnoviciado en Córdoba, Argentina.

Finalmente, el P. Juan Miguel señala que el camino previo al Aspirantado, animado por la pastoral vocacional de cada obra local y el equipo vocacional inspectorial, –con jornadas amplias, campamentos, misiones y la etapa de postulantado–, está dando buenos frutos. Al llegar al Aspirantado “los chicos saben a dónde llegan y hacia dónde se proyecta su vida. Llegan tranquilos, conscientes de la experiencia que van a vivir”.

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